“Tú solo tienes que preocuparte de ser novia”

Desde pequeñas les llamaba mucho la atención las bodas y se les ocurrió crear Oh!my Wedding y convertirse en wedding planners. Esta profesión, que en Estados Unidos está muy implantada, en España apenas se conoce. Verónica Alonso y Eva Antón hacen “bodas a la carta” y han recibido por ello el accésit del Premio Emprendedoras ‘Yo Dona’ 2012.

Lo primero que hacen es reunirse con los novios, con los que tiene que surgir “empatía”. Normalmente, explica Verónica, los clientes saben lo que quieren pero no saben cómo llevarlo a cabo. “No saben materializar sus deseos en la boda de sus sueños”, dice. Verónica y Eva se los hacen realidad. Gestionan las llamadas, buscan proveedores, coordinan citas entre éstos y los novios y  llevan un control exhaustivo de cada elemento. En definitiva, ahorran las 250 horas que aproximadamente invierten los novios en buscar todo lo relacionado con su boda.

“Los novios acuden a nosotras porque no tienen tiempo para organizar su boda, nos piden que les ayudemos a planificarla y nosotras nos acoplamos a sus necesidades”, explica Verónica. Los hay que solo necesitan encontrar un catering y otros que ya tienen todo contratado y solo buscan a alguien que el día de la boda coordine todos los servicios. “Pero a nosotras lo que más nos gusta es diseñar la boda entera. Dependiendo de si los clientes la quieren clásica, campestre o vintage, acotamos la búsqueda del restaurante, encontramos lo que quieren, les llevamos una agenda al día, un presupuesto ajustado y negociamos con los proveedores los mejores precios”, detalla Verónica. “Si tú nos encargas que organicemos tu boda, tú solo tienes que preocuparte de ser novia”, añade convencida de que su misión es poner todos los medios a su alcance en beneficio de los novios.

Estas emprendedoras, inspiradas en el estilo norteamericano, buscan también las mejores flores, el menaje, el mobiliario y la decoración para la boda. “Incluso creamos rincones originales como un candy bar, que es una mesa llena de golosinas, o un photobooth, donde los invitados se disfrazan con bigotes postizos y gafas y se hacen fotos”, explica. Y es que la decoración es, sin duda, la que da más posibilidades para personalizar una boda y lo que más llama la atención. “Si a los novios les gusta la pasta, podemos poner botes de pasta como centro de mesa”, dice Verónica muy espontánea.

Verónica y Eva son conscientes de que se dedican a un sector “bonito y especial”. Pasan con sus clientes mucho tiempo juntos y, en algunos casos, llegan a convertirse en “las nuevas mejores amigas” de las novias. En muchos otros, tratan con novios nerviosos y es aquí donde debe primar la labor de la wedding planner. “Nosotras estamos habituadas a manejar situaciones de emergencia y podemos resolver cualquier problema sin tener, además, que preocuparnos de ser novias”, explica con una gran sonrisa Verónica, cuya misión el día de la boda sabe que es “lograr que todo salga perfecto, tal y como se ha previsto”. Deben situarse en un segundo plano, estar atentas a cada elemento e invitado y resolver cualquier contratiempo sin que los novios lo noten. Deben ser casi invisibles. Verónica insiste en que “cada boda es única” y su único objetivo es que “los novios disfruten”. Su espontaneidad, alegría y pasión por su trabajo hace que los sueños de los novios se hagan realidad y no olviden nunca a esta “nueva amiga” que le acompañó en la preparación del día más feliz de sus vidas.