María llevaba tiempo buscando casa a través de portales de Internet. Tenía clara la zona en la que quería vivir, las dimensiones que necesitaba y el coste que podía asumir pero las fotografías no le animaban a visitar ninguna. Actualmente hay mucha oferta de viviendas en venta y alquiler y parece difícil destacar. Caroline Jurgens y Barbara Dircksens lo consiguen. A través de su empresa Lúmina Home Staging, preparan las casas para presentarlas de la mejor forma posible y atraer así a más público. Nos recuerdan un dato: “una casa tiene que gustar en los primeros 90 segundos”, según los estudios.
Estas dos emprendedoras holandesas aseguran que la venta o alquiler de una casa, depende del precio y de las imagenes. Lo primero escapa a su control pero lo segundo es su punto fuerte. “Las fotografías representan más del 50% del valor de una vivienda”, asegura Caroline, quien considera que hay que trabajar los aspectos emocionales. “Las estancias tienen que oler bien, estar ordenadas y limpias para que den una buena sensación”, explica esta holandesa que lleva en España ocho años.
El primer paso de Lúmina Home Staging es realizar una primera visita gratuita a la casa. La fotografían y toman medidas de las estancias. A partir de ahí, comienza su planificación. Caroline y Barbara colocan pegatinas en aquellos elementos y accesorios que sobran. “Preferimos que sean los dueños quienes guarden sus objetos personales. Es un proceso subliminal pero colecciones personales o unas fotos hacen sentir al visitante como un intruso”, cuenta Caroline. Insisten en la despersonalización de la vivienda para que quien entre, no se sienta como un intruso en la vida del otro. “Los clientes tienen que pensar que ya no es su casa, sino que es un producto en venta”, explica Barbara. “Somos conscientes de que la gente no quiere gastar dinero en una casa que va a vender pero consideramos que es mejor invertir en arreglarla y presentarla bien que tener que bajar el precio del alquiler o la venta”, añade.
Los consejos de estas empresarias parecen lógicos pero aseguran que no todos sus clientes lo ven así: “se deben pintar las paredes con colores neutros, arreglar humedades, persianas, grifos, cerraduras y luces; ordenar los armarios y hacer fotos con luz natural”. Desde Lúmina Home Staging, “maquillan” las casas. Cambian cortinas, fundas y lámparas para dar una imagen más hogareña. Eso sí, estos cambios deben permanecer hasta que se venda la vivienda. Sino, la decepción del visitante está asegurada. “Aconsejamos que antes de la visita de un cliente, los dueños ventilen la casa, saquen al perro a la calle y no fumen”, explica Caroline.
Si el trabajo es para mejorar la imagen de una casa vacía, Caroline y Barbara las amueblan para que la gente estime el tamaño y se vea más acogedor. “Ponemos mobiliario de los dueños, nuevos, de segunda mano o incluso de cartón que simulan ser reales”. Los mezclan con lámparas y velas y consiguen un espacio más íntimo. “Nuestro trabajo no es hacer una casa bonita, sino atractiva y vendible”. Su reto es que los clientes se conciencien de la necesidad de mejorar la imagen de su casa y cuenten con Caroline y Barbara desde el principio para hacer esa labor de marketing. Ellas harán el resto.