Emprendimiento/Para la mesa

“Mis talleres fomentan la creatividad”

Sus manos están manchadas de chocolate. Mercedes Mirabelli acaba de hacer una tarta para un pedido de un cliente. Se limpia las manos en un trapo y coloca en la encimera de la cocina todos los ingredientes necesarios para la clase que comenzará en unos minutos: huevos, fresas, mantequilla, leche y azúcar. Lo que comenzó con unos pequeños encargos de tartas para sus amigos, es hoy un local de cursos de repostería: María Mirabelli

Mercedes imparte cursos de galletas, cupcakes y tartas para adultos y niños a partir de tres años. Patricia y su madre son sus alumnas de esta tarde y con ellas va a realizar seis cupcakes, las famosas tartas con forma de magdalena. Delante de ellas, hace una crema con los ingredientes que previamente ha preparado. “Cambio de sabores según la época. Suelo hacer de vainilla, chocolate, fresa o lima”, explica mientras deja caer la crema en unos envases de magdalenas y los mete en el horno. Como buena cocinera, al terminar, recoge todos los utensilios y nos indica que nos sentemos en la mesa. Trae un carrito parecido a los de las peluquerías en cuyos cajones hay decenas de botes con tintes de colores, bolitas de sabores y moldes con formas de animales y flores. Mercedes da las herramientas y da libertad para hacer las cupcakes a nuestro gusto. “Mis talleres fomentan la creatividad”, asegura esta emprendedora mientras mira como hacemos los dulces según nos ha enseñado. Amasamos la pasta de azúcar, teñimos la crema, la ponemos con la manga pastelera encima del bizcocho y lo adornamos con colores y formas.

Aunque la mayoría de los alumnos que acuden a las clases de Mercedes no tienen conocimientos de repostería, se divierten mucho y se muestran muy contentos al ver cómo quedan sus primeros cupcakes. “Muchos clientes vienen estresados y hacer cupcakes les relaja”, cuenta fascinada por el efecto de sus clases. “Estos dulces gustan tanto porque son bonitos, dan ganas de comerlos y tienen sabores identificables”, explica quien siempre intenta innovar. “Todo lo que enseño lo he probado antes en casa”, cuenta esta mujer que lleva años haciendo estas tartas que en España tan solo existen desde hace cuatro años. Tan poco que aun en nuestro país Mercedes no encuentra cajas para guardar las tartas de tres pisos que hace y las tiene que compra en Inglaterra.

Esas grandes tartas de colores están en una mesa situada al lado de la puerta. En ella también hay bandejas con cupcakes y cestos llenos de galletas con diferentes formas. Todas son muestras o pedidos de clientes pero a Mercedes le gustaría poder vender sus dulces a partir del año que viene y que la gente pudiera comprarlos en el momento. También tiene pensado ampliar su oferta de talleres a los profesionales que compartan su misma inquietud. Y es que la pasión de María por la cocina se huele en cada esquina de su local donde hay dulces. Tan solo unas guirnaldas de papel que cuelgan de su escaparate no las hace ella misma.  “Solo me interesaría hacerlas si se comieran”, dice esta amante del dulce que desea difundir sus conocimientos a todo el que esté dispuesto.